martes, 27 de enero de 2015

Apostemos por el Blockbuster de calidad


Antes que nada, aclaremos el término Blockbuster. Esta palabra, también utilizada para hablar del conocido cine comercial, es una manera de referirse a los "taquillazos", a las películas que arrasan con la recaudación cuando son estrenadas. El término suele recibir connotaciones tan negativas que normalmente se asocia con películas con sobrecarga de efectos, guión lleno de agujeros, clichés y topicazos, risa/suspense/acción fáciles... En suma: películas que podrías ver perfectamente un domingo de resaca tirado en el sillón de tu casa y te daría igual, o que vas al cine a verla "por los efectos" o "para entretenerte un poco".

Esto no es 100% cierto.

Es verdad que la maquinaria hollywoodiense que produce la mayor parte del cine que vemos (es así, honestidad ante todo) suele recurrir a películas que abarquen un público objetivo muy amplio y se centran más en llegar a las salas y recaudar dinero que en crear algo que valga la pena. Pero no es cierto que el blockbuster deba ser así. Se puede buscar la recaudación millonaria sin que esto venga en detrimento de la calidad que se ofrece. No hablaré aquí del cine de autor o de filmes de arte y ensayo, pero podemos recurrir a grandísimas obras cinematográficas que fueron distribuidas y preparadas para ganar mucho dinero teniendo un equipo creativo brillante que dotó de un fondo rico al producto final

Cuando me dieron mi primera clase de dirección cinematográfica especializada me revelaron la base de una buena narración cinematográfica: This is about creating original visual story-telling. Siguiendo la lección, el cine como arte debe generar una sensación, despertar emociones, pero esto no implica que las obras que consiguen esto deban restringirse a circuitos con un tipo de público especializado. Hay que conseguir aunar al gran público, al espectador medio y al cinéfilo con obras que, como cité en la frase subrayada, nos presenten algo original utilizando las vastas herramientas audiovisuales de la industria del cine para contar una historia de forma única a los espectadores.

El cine comercial no tiene por qué tener como objetivo la recaudación pura y dura, sino que puede (y es más, debería) tomarse como una oportunidad para hacer llegar filmes de calidad a muchos lugares al mismo tiempo, repartiendo cultura por donde sea posible. Hay casos en los que una película de presupuesto mediano acaba barriendo la taquilla de forma inesperada (ejemplo cercano el de la francesa Intocable), lo que prueba una vez más que la industria no es una ciencia exacta. Así, podemos crear una lista corta de películas con un relato particular, que plasman algo que vale la pena ser visto y escuchado y, al mismo tiempo, logran llegar a muchos lugares a la vez recaudando dinero para que la cadena de producción siga funcionando:
  • El Señor de los Anillos (trilogía) 
  • Gladiator
  • El Caballero Oscuro (trilogía)
  • Indiana Jones (la trilogía antigua)
  • Tiburón
  • Django Desencadenado
  • Toy Story (trilogía)
  • Casino Royale y Skyfall (el legado del 007 contemporáneo)
  • Parque Jurásico
  • Los Vengadores
  • Origen Interstellar (ejemplos contrapuestos de una filmografía repleta de blockbusters de este tipo)
  • Infiltrados
  • Avatar
  • El lobo de Wall Street
  • Matrix
  • El Sexto Sentido
  • Ratatouille
Hay muchísimos más ejemplos de películas que buscan hacer taquilla pero que disponen de un gran equipo artístico y una historia y guión frescos y con cohesión que sustentan el relato. ¿Qué tienen en común todas las que son mencionadas arriba? En primer lugar un estilo de narración particular y diferente de un título a otro (que engancha tanto a los jóvenes como a los adultos), en segundo lugar van a por la recaudación en taquilla a nivel global (pudiendo ser vistas en todas partes) y en tercer lugar cuentan una historia que merece la pena ver y escuchar una y otra vez en su temática (dentro de la cual ya se implican los gustos y preferencias de cada espectador).

Dejemos la puerta abierta para más cine íntimo y personal, ejemplo de la gran diversidad que goza el sector en la actualidad. Demos un portazo a las historias de mala calidad y demos alas a más obras que trasciendan en la Historia. Hoy en día es muy difícil encontrar películas que se atrevan a saltar a las grandes salas sin otro argumento visto ya mil veces, realizando un refrito de clichés con tal de asegurarse de que la inversión tenga sus ganancias. No pararemos de ver las palabras remake, reboot, secuela, precuela, franquicia saga en las noticias especializadas, las críticas y los reportajes. Esto es un signo de que no hay ganas de arriesgarse, la originalidad parece que quiere quedarse sin riesgo de una gran pérdida de dinero, y esto debe cambiar poco a poco.

El uso de la franquicia y la saga no debe tomarse como algo con lo que repetirse hasta la saciedad, sino como una oportunidad para que las buenas ideas lleguen a más gente. Que siga el cine de arte y ensayo, que continúen surgiendo películas con sello de autor, pero dejemos que sea este mismo sello el que se contagie en las conocidas "películas para el gran público", pues no olvidemos que el séptimo arte es una de las vías más efectivas para la popularización de la buena cultura. Es esa la cultura que nos hace libres y nos abre nuevas dimensiones y mundos en los que nuestra mente y espíritu crecen al tiempo que nos emocionamos y nos lo pasamos genial con una gran historia. ¡Que viva el cine de calidad para toda clase de espectadores!

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